EL DUELO DE LOS HIJOS POR EL DIVORCIO
Las familias separadas por lo general pueden brindar menos soporte emocional a los hijos o menores que se crían en estas familias, debido a factores de inestabilidad familiar los cuales suelen ser más agudos que en las familias unidas, por lo que es importante explicar y comprender el desarrollo emocional del individuo de forma normal y natural teniendo como base, la crianza afectiva de sus progenitores, la cual es fundamental en su desarrollo físico y psicológico (Mercado, 2011)
Concepto de divorcio: El divorcio es la consecuencia de la
decisión acordada entre los dos cónyuges o tan solo la voluntad de uno de
ellos, según corresponda el caso, de disolver el vínculo matrimonial por las
diferencias irreconciliables que se suscitaron en la pareja. Dentro
de estas diferencias y obviamente atendiendo a que cada caso tendrá sus propias
peculiaridades, podemos contar: la infidelidad de algunos de los cónyuges, el
abandono, injurias, violencia doméstica para con el cónyuge y los hijos, la
cual puede ser o física o psicológica o un mix de ambas. (Mercado, 2011)
Generalidades: Cuando
una pareja decide divorciarse es que ya no hay nada más por hacer para salvar a
la misma y entonces el hecho de avanzar al paso del divorcio supone que cada
cual recuperará la libertad para por ejemplo rehacer su vida con otra persona
en caso de desearlo. Si bien en la actualidad, la mayoría de las legislaciones
del mundo aceptan y contemplan en sus leyes al divorcio, todavía existen
algunas que ostentan una muy cerrada convicción y que no permiten bajo ningún
punto de vista que esta unión se disuelva tan solo por aducir problemas en la
pareja. De todas maneras, de hecho o por
ley, desde que existe la figura del matrimonio ha existido a su lado la del
divorcio, aunque claro, en los tiempos más remotos era más común que tanto el
hombre o la mujer solicitasen el mismo como consecuencia del adulterio de la
otra parte y no como se ha hecho común hoy en día, más, por diferencias
irreconciliables surgidas de la convivencia. El divorcio deberá ser pedido y
tramitado ante un tribunal que se ocupa de las cuestiones civiles o de familia
y como decíamos más arriba, puede ser pedido por los dos cónyuges luego de un
acuerdo previo o solicitada por una sola de las partes. Luego de la sentencia
favorable, la persona no vuelve al estado civil de soltero, sino de divorciado,
pero de todos modos esto es por ejemplo lo que le permitirá poder casarse
nuevamente. (Mercado, 2011)
Periodos del proceso de divorcio:
Ø Periodo de preparación:
Es una etapa previa al proceso de divorcio que es de-nominada de “construcción”
y se refiere a la edificación de la pareja o familia, don-de se sientan las
bases de la futura ruptura, así como los matices con que transcurrirá la misma.
Ø Periodo de Evolución:
Es la toma de conciencia por uno o ambos cónyuges de que el matrimonio no
funciona y se lleva a cabo el proceso específico del divorcio. (Mercado,
2011)
Tipos de divorcio:
Ø Divorcio conyugal:
Es la separación judicial o de hecho-habitualmente de mutuo acuerdo-entre dos
personas con un vínculo matrimonial, que implica distanciamiento físico y
afectivo debido a la imposibilidad de continuarla.
Ø Divorcio Parenteral:
Es la separación de hecho entre las figuras parenterales y los hijos tanto
física como afectiva, con lo que habitualmente los hijos no pueden participar
de la decisión, no se tienen en cuenta sus demandas y necesidades, (haya o no
un divorcio conyugal previo). (Mercado, 2011)
El papel que se le asigna al niño en
el Divorcio: Quizá lo más difícil para los hijos,
cuando hay un rompimiento entre sus padres, es que ellos no solo pierden buena
parte de la presencia afectiva de aquel padre que se va de casa…sino también de
aquel que se queda con ellos. En las circunstancias de divorcio y separación,
el hijo es considerado una víctima pasiva o fuera del juego, lo que no implica
que él sea poco activo y responsable. Algunos niños parecen estar alienados por
la voluntad de uno de los padres (alienación parenteral), en tanto que otros, a
pesar de las dificultades que existan, manifiestan cierta independencia y
pueden llegar a ser autónomos. (Mercado, 2011)
Factores de riesgo para
los niños en el divorcio: Al estudiar los efectos
del divorcio en los hijos es difícil determinar si es el propio divorcio lo que
les afecta o una serie de factores sociales que acompañan muy frecuentemente a
la separación de las parejas. Entre los factores sociales destacan (Kalter et
al. 1989):
Ø Pérdida de poder adquisitivo, la convivencia en común supone el
ahorro de una serie de gastos que se comparten. La separación conlleva una
pérdida de poder adquisitivo importante.
Ø Cambio de residencia, escuela y amigos, el divorcio de los padres
conlleva cambios importantes en el entorno del hijo. Puede tener que cambiar de
colegio, o de residencia. El impacto que tiene este factor en el desarrollo y
ajuste social del niño es muy importante.
Ø Convivencia forzada con un padre o con miembros de la familia de
alguno de ellos. No siempre la elección del padre con el que se convive es la
que el niño quiere. La familia de los separados apoya el trabajo adicional y
aporta frecuentemente el apoyo necesario para que el padre que se hace cargo
del niño pueda realizar sus actividades laborales o de ocio.
Ø Disminución de la acción del padre con el que no conviven, el
padre que no está permanentemente con su hijo deja de ejercer una influencia
constante en él y no puede plantearse modificar comportamientos que no le
gustan los fines de semana que le toca visita. Por otro lado, el niño pierde el
acceso a las habilidades del padre que no convive con él, con la consiguiente
disminución de sus posibilidades de formación.
Ø Introducción de parejas nuevas de los padres, es un factor con una
tremenda importancia en la adaptación de los hijos y tiene un efecto
importantísimo en la relación padre/hijo. (Mercado, 2011)
Si se dan, además factores
emocionales en los padres los efectos negativos en los hijos pueden multiplicarse,
por ejemplo:
Ø Una
mala aceptación del divorcio por uno de los padres puede llevarle a convivir
con una persona deprimida u hostil.
Ø Un
divorcio conlleva de forma por su propia esencia una cierta hostilidad entre
los padres. Cuando esa hostilidad se traslada a los hijos, intentando que tomen
partido o que vean a la otra persona como un ser con muchos defectos, se está
presionando al niño para que vea a su padre desde un punto de vista equivocado,
porque tendrá muchos defectos; pero siempre será su padre. (Mercado, 2011)
Los
efectos del divorcio, ya sean debidos a estos estos factores o el propio
divorcio, Amato (1994) realizó un estudio resumiendo los efectos que se habían
encontrado en los niños cuyos padres se habían divorciado y señala diferencias
con los niños cuyos padres continúan juntos:
Ø Baja
en el rendimiento académico.
Ø Baja
autoestima
Ø Dificultades
sociales
Ø Dificultades
emocionales como depresión, miedo, ansiedad, etc.
Ø Problemas
de conducta.
La
terminación de una unión marital es un huracán emocional, un proceso en el que
los padres experimentan emociones con una intensidad avasalladora: vergüenza,
tristeza, angustia, desengaño, frustración, miedo, confusión, ira, culpa las
cuales surgen con fuerza y vienen entrelazadas con celos, soledad, deseos de
venganza y, a veces, con un cierto alivio, porque se ha terminado una
existencia en la que las desdichas eran más que las dichas. (Mercado,
2011)
Factores que repercuten por el
divorcio de los padres en el desarrollo del niño:
Ø El recién nacido: El
niño de pecho o recién nacido descubre la separación parenteral a partir de la
ausencia física del progenitor que ya no vive con él. De los seis a los nueve meses de edad, responde
con llanto cada vez que la madre abandona la habitación, y así descubre la
ausencia; en ocasiones puede llamar “papá” a todos los hombres que se
encuentra, como si hubiese asimilado las características corporales masculinas
de su padre, pero sin recordarlas con precisión, lo que lo lleva a buscarlo con
las figuras masculinas de su entorno. (Mercado, 2011)
Ø El niño de dos a tres años de edad: Puede
perturbar el desarrollo psicomotor del niño, por lo cual disminuye su capacidad
para explorar nuevos terrenos, como son caminar, jugar y controlar esfínteres,
retraso en la aparición del lenguaje lo cual una dificultad para comunicarse
con sus padres y los demás adultos, el bloque al nivel del lenguaje pude ser la
manifestación de una actitud de repliegue sobre sí mismo y de inhibición.
(Mercado, 2011)
Ø El niño de tres a cinco años:
Se
creen culpables por no haber hecho la tarea o no haber comido. Su pensamiento
mágico les lleva a tomar responsabilidades tremendamente imaginarias. Temen
quedarse solos y abandonados. Hay que recordar que en estas edades los padres
constituyen el universo entero de los niños y que la relación en la pareja es
el medio en el que ellos están cuidados y mantenidos, es común que los niños
pequeños esperen la reconciliación durante varios años. (Mercado, 2011)
Ø La edad más difícil es la de 6 a 12
años: Se dan cuenta de que tienen un problema y que duele y
no saben cómo reaccionar ante ese dolor, creen que los padres pueden volver a
juntarse y presionan o realizan actos que no llevan más que a un sentimiento de
fracaso o a problemas adicionales en la pareja, no relacionan en un principio
la conducta de sus padres con la disolución de la familia. Piensan que sus
progenitores se volvieron locos, sienten miedo, angustia y desconcierto; están
confundidos, tratando de comprender quienes son y adónde pertenecen. (Mercado,
2011)
Ø El adolescente: La
adolescencia es una compleja etapa de la vida que señala la transición de la
infancia a la edad adulta, con todo lo que ello implica de transformaciones
psicológicas, fisiológicas y sociales. La separación parenteral, cuando
sobreviene en esta etapa del desarrollo, puede experimentarse como un
“sinsentido”: es al adolescente a quien le corresponde dejar a sus padres, no a
la inversa, presenta dificultad para tolerar la nueva vida sexual de sus progenitores,
que se coloca en posición de rivalidad ante ellos. (Se reactiva el complejo de
Edipo). (Mercado, 2011)
Duelo:
Los
padres pasan por su propio duelo y de igual manera los hijos. Un duelo implica la vivencia de una variedad
de estados y sentimientos que van desde: la negación, la culpa, el miedo, el
enojo y la tristeza, hasta la resolución del duelo que conlleva aceptación y
paz. La realidad es que el divorcio es doloroso para los hijos (para algunos
más que otros). Aunque hay quienes piden y hasta presionan a su madre y padre
para que terminen esa relación por lo disfuncional, conflictiva y dolorosa que
resulta para toda la familia, y ante el divorcio experimentan paz y alivio, de
todas maneras pasarán por un inevitable proceso de duelo. (Mercado, 2011)
La tristeza: El
sentimiento de la tristeza es inevitable ante el divorcio, ya que se considera
una pérdida. Hay formas efectivas para asimilar y sanar dicho sentimiento:
Ø Permitir
que en su familia se valga llorar. La tristeza va de la mano con el llanto, ya
que es una sanadora catarsis.
Ø Enseñar
a los hijos a llorar, que es sano y necesario. Cuando experimentamos un shock o
desequilibrio emocional como consecuencia de una experiencia dolorosa,
eliminamos una cantidad de sustancias toxicas que se generan en nuestro cuerpo
como producto de ese estado emocional.
Ø Si
se da el caso permitir a los hijos que los vean llorar, no ocultarse, no mentir
al respecto. (Mercado, 2011)
El enojo: La
gran mayoría de los niños experimentan el sentimiento de enojo hacia uno o
ambos padres durante la separación; es normal que lo sientan, ya que de algún
amanera perciben a los padres como causa de dolor, de los cambios, de
incomodidad o de los inconvenientes que el divorcio le acarrea toda la familia.
Casi siempre detrás del enojo se esconde el dolor. (Mercado, 2011)
Alternativas que pueden ayudar para
asimilar el enojo:
Ø Invitarlos
a escribir una carta para que expresen todo lo que sienten, explicarles que no
tienen por qué mostrarla a nadie, a menos que ellos lo decidan, no burlarse de
lo que escriban ya que sería un gran error, pues perderían la confianza en alguno
de los padres y erróneamente se enviara el mensaje “uno no debe expresar sus
sentimientos; es mejor reprimirlos y negarlos”. (Mercado, 2011)
Ø Poner
la carta o las cartas en un recipiente adecuado y quemarlas. Una vez convertidas
en ceniza depositarlas en la tierra de alguna planta o árbol, este ritual es un
poderoso símbolo: el fuego transmuta y purifica la energía de enojo que se plasmó
en ellas, convirtiéndolas en un nutriente para las plantas, ya que las cenizas
contienen minerales. (Mercado, 2011)
Ø Crear
un rincón en la casa llamándole el rincón del enojo, puede ser un espacio
pequeño o hasta una habitación completa. Ahí poner cojines, una toalla vieja,
alguna perilla de box con sus respectivos guantes. Cada vez que alguno de los
niños se sienta enojado, en lugar de golpear a su hermano u otras personas, o
de aventar, destrozar cosas o decir insultos, el niño irá al rincón del enojo
para des-ahogarse, apaleando los cojines o la perilla de box, retorciendo la
toalla, etc. (Mercado, 2011)
Ø La
razón por la que se hacen estas cosas es que cuando el fuego de la ira se enciende
en el cuerpo de produce u fuerte desequilibrio bioquímico, se incrementa la producción
de sustancias como la adrenalina, la bilis, el cortisol y otras hormonas y
agentes químicos que pasan al torrente sanguíneo. Se tensan los músculos y se
acelera el ritmo respiratorio y cardiaco. (Mercado, 2011)
Ø Ayudar
a los niños a transformar el enojo en algo productivo, como escribir, pintar,
hacer figuras de plastilina o yeso, crear una artesanía, componer una canción o
una pieza musical, hacer deporte, etc. El enojo es una fuente de energía que
pue-de ser canalizada hacia donde queramos. (Mercado, 2011)
La culpa: Los
hijos se pueden sentir culpables por creer que pudieron hacer algo para evitar
el divorcio de sus padres o que de alguna manera lo causaron. A veces lo
razonan de manera consciente y abierta, pero en la mayoría de los casos sucede
inconscientemente. (Mercado, 2011)
Propuestas que ayudan a aminorar la
culpa:
Ø Lo
más importante es aclarar con ellos que la decisión de divorciarse no tiene
na-da que ver con algo que ellos hayan hecho, que ellos no son culpables de
nuestra decisión.
Ø Alerta
con los comportamientos auto punitivo, lo cual significa que de manera in-consciente
se castigarán así mismos, ese auto castigo puede presentarse en varias formas.
Lastimándose físicamente con mucha frecuencia al caerse, golpearse, cortarse,
etc.
Ø Verbalizar
el auto castigo que se están causando, lo cual es una herramienta útil que los
ayuda a volverse conscientes de ello y a detener ese patrón de conducta,
explicándole que en ocasiones las personas a veces hacemos eso para castigarnos
porque nos sentimos culpables.
Ø Utilizar
la valiosa herramienta de los cuentos, estos pueden ser grandes aliados para
dar a los hijos todo tipo de mensajes y en este caso para ayudarlos a superar
no solo la culpa, sino todos los sentimientos relacionados con su duelo por el divorcio,
a través de un proceso de identificación.
Ø Inventar
sus propios cuentos, los niños les encantan inventar ficciones, al hacerlo
mientras papá o mamá escucha con atención, verbalizarán sus propios conflictos
emocionales, proyectados en los personajes y situaciones de la historia, esta
es una forma de catarsis que les permite procesar dichos conflictos o
sentimientos. (Mercado, 2011)
El miedo: No
es de extrañar que ante el divorcio de sus padres los hijos sientan incertidumbre
y miedo al futuro, a la pérdida, a los cambios, a lo desconocido. Los miedos se
disfrazan de maneras extrañas: se pueden mostrar de una forma que no tiene nada
que ver con el miedo real. Por ejemplo, el niño comienza a sentir temor de ir
al baño solo; quizás empiece a mostrar pavor a los perros o a ciertos insectos,
pero en realidad no es eso a lo que teme; el verdadero temor es otro. (Mercado,
2011)
Herramientas para superar el miedo:
Ø Motivar
a tu hijo a hablar de sus dudas y las respondas de manera clara y simple.
Ø Es
recomendable que se realicen los menos cambios posibles, porque el que el
divorcio trae en sí mismo es ya enorme como para agregar otros. Mientras sea
viable es preciso no mudarnos de escuela o de casa, y en caso de que esto tenga
que ser así, hay que hacerlos parte del proceso:
·
Diseñar juntos la decoración de la nueva
casa y la distribución de los espacios.
·
Explorar juntos el nuevo vecindario.
·
Pedirle al niño que hable de manera
detallada acerca de su miedo.
·
Escuchar con atención y preguntarle todos
los detalles posibles.
·
Transmitirle confianza y tranquilidad con
el tono de tu voz y con tu lenguaje corporal.
·
Acompañarlo en el proceso de “enfrentar
“el miedo.
·
Si no habla de sus miedos o no se atreve,
no presionarlo, en su lugar contarle acerca de los miedos que usted tenía en su
infancia y como lo supero, esto puede motivarlo a hablar de los que él tiene, y
si no, le enviará un mensaje.
·
A la medida que vaya superando el miedo,
alabar su valentía y su esfuerzo para que adquiera más confianza en sí mismo.
·
Siempre contestar con la verdad, de
acuerdo con su edad, responder y explicar con detalle lo que pregunta sin caer
en el extremo de platicarle intimidades o cosas que puedan causarle un shock y
empeorar las cosas.
·
Conteste solo lo que se le pregunta. (Mercado,
2011)
Otras alternativas para superar el
duelo de los hijos por el divorcio:
Hasta
aquí las acciones antes mencionadas siempre y cuando se lleven a cabo resultan
eficaces para apoyar a los niños a superar su enojo, su tristeza, su culpa y su
miedo. No obstante, existen otras alternativas cuya eficacia ha sido probada
por muchos años, y de los cuales podemos echar mano tanto para ayudar a los
hijos a superar su proceso de duelo ante el divorcio como el de sus padres:
Ø Tratamientos
naturalmente inofensivos y altamente eficaces para sanar las emociones son: la
homeopatía y las flores de Bach, pueden ser consumidos por personas de
cualquier edad sin ningún riesgo. Un personal capacitado en estas áreas sabrá
que formula preparar para armonizar el estado emocional en conflicto.
Ø El
ejercicio físico disminuye los niveles de las hormonas del estrés y los
diversos elementos relacionados con el equilibrio emocional, e incrementa la
producción de sustancias que lo devuelven.
Ø El
contacto con la naturaleza es una amorosa fuente de tranquilidad y paz.
Ø Realizar
actividades artísticas como la pintura, el baile, el canto o el teatro ayudan a
expresar los propios talentos, a relajarse y a sentirse contento.
Ø Otras
alternativas promueven la relajación y el equilibrio emocional son el reiki, la
meditación, la aromaterapia, la musicoterapia, etc.
Ø ¡Divertirse!...la
vida sigue y hay que seguirla disfrutando. Salir y conocer lugares
interesantes, hacer cosas que les gusten, convivir con amigos divertidos,
explorar nuevas actividades, hacer nuevos amigos, comer cosas sabrosas. (Mercado,
2011)
Por
último, En nuestra cultura existe el prejuicio de que el matrimonio es bueno y
el divorcio es malo. Como pudimos observar que más que la separación de los
padres, los efectos negativos en la vida se deben al crecer y desarrollarse en
un ambiente de agresividad, desamor y conflictos. Lo ideal es que los hijos
crecieran al lado de su madre y de su padre, en un hogar lleno de amor y
respeto mutuo. (Mercado, 2011)
El divorcio es, sin duda alguna, devastador y doloroso y muy
difícil para los padres como para los hijos, no es el divorcio en sí lo que les
arruina la vida a los hijos, sino el desamor de los padres, Si nos esforzamos
en ayudar a sanar las heridas de estos niños del divorcio no simplemente
cubrirlas para no verlas ellos tendrán la oportunidad de salir fortalecidos de
esta experiencia. Ser hijos de padres divorciados, no significa un destino de
fracaso o infelicidad. (Mercado, 2011)
Bibliografía
Mercado, R. (2011). Duelo de los hijos por el divorcio. Tesina para obtener el diplomado en tanatología. Asociación
Mexicana de Educación Continua y a Distancia, A.C. México D.F. Recuperado de: https://201915.aulasuniminuto.edu.co/pluginfile.php/1463340/mod_resource/content/1/Duelo%20de%20los%20hijos%20por%20el%20divorcio.pdf
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