La vida es una continua travesía por la que todos los seres humanos
pasan, en este recorrido que para algunos es largo y para otros no tanto se viven magnificas
experiencias, de las cuales se debe recoger siempre lo bueno y sembrar en ella
frutos de buena calidad humana para los que heredaran de nosotros no solo
hereden lo material, sino también las buenas enseñanzas y valores, ya que,
cuando partimos de este mundo en cuerpo no sabemos que pasara después, lo que
sí se sabe es que los que han experimentado alguna perdida es difícil soltarla
y el dolor les embarga y es solo el proceder del tiempo quien va acostumbrando
a sobrellevar el vacío.
Hablar de duelo es algo complejo; para empezar no siempre que se escucha
la palabra duelo se habla de haber perdido a un ser querido, aunque la palabra
perdida si es la destacada para hablar de este, hay varios tipos de pérdida:
como la de la mascota, cuando parte un ser querido para el exterior, cuando se
rompe alguna relación amorosa, también el duelo de los hijos cuando sus padres deciden
divorciarse y por último cuando parte un ser querido para siempre.
En primer lugar, no todos los duelos son iguales pues las personas no
reaccionan de la misma manera ante estas diversas situaciones, ya que para
algunos priorizar es interiorizar en sus sentimientos según lo pactado con cada
uno de lo que para ellos es importante, es decir, el dolor se somatiza según el
acercamiento que se haya tenido con lo que le falto, no solo en aspectos
psicológicos, sino también en deterioramiento físico; como falta de energía,
trastorno de sueño, en lo cognitivo; la atención, memoria, pensamientos
intrusivos, confusión, en las perceptivas; alucinaciones e ilusiones y en los
sentimientos los embarga la tristeza, culpa, cansancio y la ansiedad.
Existen 5 etapas de duelo, según el modelo creado por la psiquiatra
Kubler Ross en 1969:
· La primera es la negación o de shock, es cuando la persona recibe la
noticia de la pérdida, presenta confusión inicial y dificultad para aceptar y
puede empezar a comportarse como si nada hubiese pasado, la inmovilización o el
funcionamiento automático.
· En una segunda fase, se combina la ira, le parece injusto que le hubiese
pasado eso, teniendo como resultado sentimientos de enojo y manifestando
envidia.
· Una tercera fase es la negociación, caracterizada por aquellas personas
que duelan su propia muerte o de seres queridos aún vivos, buscando posponer la
muerte y la autora dice: que la negociación se da con una reforma con Dios
prometiéndole algo a cambio de que lo deje vivir más, en psicología se puede
tomar como algo supersticioso.
· En la cuarta fase que es la depresión siendo la más difícil, ya que aquí
se presentan los sentimientos de tristeza y de dolor, llanto y aislamiento, la
apatía tiñe su vida y piensa que es hora de un cambio radical.
· Finalmente la fase de aceptación, que es donde se deja de luchar con la
pérdida para permitir un paso a algo distinto sabiendo que la vida no volverá a
ser la misma, pero poco a poco la tranquilidad de la aceptación vuelve a las
personas y las emociones comienzan a repararse.
Ahora bien, el duelo también no puede
superarse y las heridas no pueden cicatrizar, normalmente un duelo dura de 1 a
3 años pero hay casos en donde se intensifica por más tiempo y pasa a ser un
duelo patológico.
En el siguiente blog nos enfocaremos en el duelo
por la separación, pérdida y duelo de pareja
y el duelo que enfrentan los hijos a raíz del divorcio de sus padres, arraigando en cada uno sentimientos de emoción,
permanencias de vacíos que muchos superan creando nuevas actividades y haciendo
más llevadero su dolor.
Adultez, Vejez y Muerte NRC: 7807
Johnatan Alejandro Betancourt Restrepo id:
467093
Gloria Elena Hincapié Sánchez id: 616120
Andrés Felipe Loaiza García id: 592502
Sandra Milena López Gómez id 601437
Presentado
a:
Doctora:
Adriana Raquel Ospina Chala
Corporación
Universitaria Minuto de Dios
Psicología
V Semestre
Pereira,
Risaralda
2019
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